Al momento de realizar la inspección de entrega de nuestra nueva vivienda, o luego de un tiempo de recibirla, observamos ciertas grietas en algunas áreas. A menudo ocurre en las esquinas de puertas y ventanas como también pueden surgir en otras áreas. Nos preguntamos entonces, ¿por qué esta grieta? ¿Esto es normal? ¿Qué debo hacer para corregir la situación?
Antes que nada es importante establecer la diferencia entre una fisura y una grieta, para darle la atención que amerita según sea el caso. Las fisuras son pequeñas rajaduras que dan el aspecto de hilos. Son meramente superficiales, por lo tanto, tienen muy poca profundidad. Por lo general surgen como resultado de movimientos diferenciales entre materiales distintos, lo cual es absolutamente normal, ó por deficiencias en las mezclas del material de repello a falta de un control de calidad adecuado durante la colocación del repello. Una regla general es que una fisura se puede considerar como tal, si no tiene una profundidad mayor a unos 3 milímetros.
Por otro lado, las rajaduras son aberturas que muestran una separación más visible de la superficie, son más profundas, y en su màxima expresión pueden traspasar la pared o elemento estructural de un lado a otro. Por lo general, las rajaduras suelen evidenciar problemas de asentamiento diferencial o deflexiones, los cuales son usuales en las edificaciones, ya que toda estructura está sujeta a movimientos, sin embargo, en algunos casos esto puede ser un indicativo de un problema más serio, por lo cual es importante ponerles atención.
Al detectar una fisura o grieta que antes no estaba, lo primero que debes hacer es observar su espesor, al igual que su comportamiento en el tiempo. Si tiene forma de hilo, se nota que es superficial, y con el tiempo su espesor no aumenta, no tienes mucho de qué preocuparte. El problema se puede resolver de manera muy sencilla. Por otra parte, si su espesor muestra una clara separación entre las superficies, es muy probable que estés ante una grieta. Lo más recomendable en estos casos es que antes de tomar cualquier medida de reparación, recurras a un profesional en la rama de ingeniería o arquitectura que esté en capacidad de analizar la situación, identificar la causa del problema y definir la solución más apropiada. De no hacerlo, es posible que la reparación que hagas sea sólo temporal, por lo que la grieta podría volver a surgir.
En caso que se trate de una fisura, siempre es conveniente una reparación inmediata para que la fisura no se extienda. Como solución ante una fisura se aplican revestimientos anti grietas, que reparan las fisuras y frenan la aparición de otras en el futuro. Ciertos productos elásticos son adecuados para cubrir fisuras, absorbiendo los movimientos de contracción y dilatación del repello, además sirven para alisar la superficie, mejorando el acabado sin dejar imperfecciones.
En caso que se trate de una grieta, y si el problema no es de carácter estructural, la reparación involucra emplear un sellador elástico que pueda acompañar el movimiento de la fisura sin perder adherencia.
Así que ya sabes, cuando notes una fisura o grieta en tu vivienda, recuerda que lo más importante es conocer de cuál de las dos se trata. Si tienes dudas, consulta con un experto. Y si eres de las personas que les gusta encargarse de las tareas de mantenimiento en casa, recuerda siempre que es importante seguir al pie de la letra las recomendaciones del producto que vayas a utilizar para una reparación.